domingo, 7 de febrero de 2016

sábado, 19 de diciembre de 2015

La felicidad no alarga la vida, la salud sí

Existe una creencia muy extendida que dice que las personas felices son más longevas, incluso algunos estudios han tratado de demostrar científicamente esta relación. Sin embargo, las cosas no son tan claras. Todo indica que no es la infelicidad lo que acorta la vida, sino la mala salud y factores de riesgo como el alcohol y el tabaco los que acortan la vida de las personas infelices.
Para aclarar la conflictiva relación entre felicidad (o infelidad) y riesgo de mortalidad, un estudio británico ha analizado los datos de un millón de mujeres (participantes del llamado UK Million Women Study) incluidas en el trabajo desde 1996 hasta 2001. Sus conclusiones se acaban de publicar en la revista The Lancet.
El análisis principal se realizó con 700.000 mujeres, con una media de 59 años, a las que se hizo un seguimiento de una década, con cuestionarios que medían, entre otras cosas, su felicidad y satisfacción vital. Durante los 10 años de estudio, 30.000 de ellas fallecieron.
Después de tener en cuenta factores sobre el estilo de vida de las participantes, los datos arrojaron una conclusión clara: la tasa de mortalidad era idéntica entre mujeres felices e infelices. Una observación que se repitió tanto para la mortalidad en general, como para causas específicas, como cáncer o enfermedad cardiovascular.
Si quieres seguir leyendo el interesante artículo de María Valerio en EL MUNDO pulsa aquí
La imagen corresponde al artista valenciano Escif, con una sonrisa pintada en sus manos



lunes, 12 de octubre de 2015

La música clásica mejora a los pacientes con angina de pecho

La música clásica mejora la calidad de vida de enfermos cardiovasculares, concretamente la de las personas con angina de pecho estable, según un estudio realizado por el Ministerio de salud Sri Lanka y diversas instituciones médicas de ese país que evaluó la calidad de vida de un total de 60 pacientes entre 45 y 65 años a los que se les había diagnosticado una angina estable.
La investigación ha sido publicada en "International Journal of Clinical Medicine".
Se observó una gran mejoría cuando los pacientes escuchaban esta música dos veces al día durante un período de un mes.
Para ello, los participantes realizaron un test previo a la realización del estudio y otro una vez finalizado el tratamiento indicado por los 


martes, 27 de enero de 2015

Sanidad retira 29 medicamentos genéricos

El Ministerio de Sanidad ha anunciado que suspende la comercialización de 29 presentaciones de medicamentos genéricos en respuesta a una recomendación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Este organismo ha detectado problemas en los estudios clínicos de la empresa india GVK Biosciences que han servido de base para aprobar un millar de genéricos. De todos ellos, la EMA aconseja que se dejen de distribuir 700 presentaciones. Solo una treintena -a los que se refiere el anuncio de Sanidad a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios- se venden en España. Si quieres leer más pulsa aquí

lunes, 28 de abril de 2014

Las hormonas del amor

Es bien conocido que detrás de la palabra "amor" hay mucho más que romanticismo y enamoramiento. Pero, ¿qué sucede en nuestro organismo durante el enamoramiento?, porque no cabe duda de que se trata de una etapa convulsa que tiene tanto de tormento como de goce. ¿Qué dice la ciencia al respecto?

Para Helen Fisher, investigadora del departamento de Antropología de la Universidad Rutgers en New Jersey, existen tres etapas claves en el proceso amoroso por el que transita cualquier pareja.
En cada una de ellas se van conociendo algunos procesos químicos que pueden explicar las sensaciones que las personas experimentamos.

Según su teoría, cada miembro de la pareja pasa por tres etapas consecutivas:

La primera, que la Dra. Fisher denomina “lujuria”, término poco acertado en español y que parece más razonable sustituir por el de “impulso sexual o libido”, es producto de la testosterona, hormona que nos incita a buscar pareja tanto a mujeres como a hombres y que, curiosamente, se incrementa en las mujeres enamoradas, mientras que en los hombres en la misma situación se reduce.

La segunda etapa, de “atracción sexual selectiva”, representa un periodo de intenso amor romántico, propio de la etapa inicial de la relación, y en ella se sublima a la persona amada, sin poder dejar de pensar en ella. Es una etapa tormentosa en la que la sensación de desasosiego se alterna con la de bienestar. Se puede perder el apetito y mantenerse hiperactivo necesitando dormir menos, al preferir permanecer en un estado de constante ensoñación con la persona amada.

En esta etapa, cualquiera, hombre o mujer, identifica aquello que no le gusta de la otra o del otro, pero lo aparta de su mente centrándose en lo que le hechiza. La propia palabra “novio” ya da pistas al respecto: no vio, y es que en esta fase apasionada no se ve al ser amado como realmente es.

El estado anímico, y bien podríamos decir obsesivo, de esta etapa se explica por los bajos niveles de serotonina. El aumento de dopamina, un neurotransmisor cerebral, se relaciona con la sensación de bienestar. En cambio la euforia, la hiperactividad y la pérdida de apetito parecen deberse a la noradrenalina, elevada en esta fase y que acelera por entonces a un desorbitado corazón.  

La tercera fase, de “unión o de apego”, se rige por un sentimiento de amor tranquilo, desde luego mucho más duradero que el de la etapa anterior de enamoramiento. Al parecer dos hormonas asumen el protagonismo de esta fase: La oxitocina,  responsable de que la atracción inicial de paso a un vínculo de amor duradero y que desempeña un papel crucial en la aparición del orgasmo estando involucrada en muchos aspectos del amor, desde el comportamiento maternal de los animales hasta que las parejas mantengan una relación duradera, y la vasopresina, u hormona antidiurética que, además de importantes funciones renales, juega un papel importante en la unión de las parejas, lo que se comprobó al estudiar el comportamiento social de algunos roedores.

Diversos estudios también vinculan a la feniletilamina con el amor. Al parecer, el cerebro de una persona enamorada contiene grandes cantidades de esta sustancia, encargada de provocar algunas de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que se experimentan durante el enamoramiento. Este neurotransmisor, presente en alimentos como el chocolate, parece ser también responsable tanto de los efectos antidepresivos del ejercicio físico, como de la liberación de endorfinas.


 “Las grandes pasiones son enfermedades incurables”, decía Goethe, y la historia y sus personajes no cesan de darle la razón, sin embargo, a mi modo de ver, la voluntad del ser humano, nuestras vivencias y nuestro entorno, tienen una influencia decisiva en nuestras emociones amorosas, tanto o más, me atrevería a decir, que las hormonas y los neurotransmisores que nos inundan y que a toda costa tratan de subyugarnos.